de Rafael Spregelburd
Dirección
Amelia Ochandiano
Reparto
Lucas: Alberto Amarillo
Darío/Néstor: Tomás del Estal
Lucrecia: Itziar Miranda
Teté: Isabel Ordaz
Teatro Valle-Inclán Madrid, 2 Enero 2013
Mb
La trama empieza en un restaurante donde una madre y sus dos hijos, Lucrecia y Lucas, celebran el 25 cumpleaños del chico. Pronto se empiezan a alternar las escenas en el restaurante, que se introduce como el sueño lúcido de Lucas, y en el que la relación entre ellos empieza de una forma tranquila, con las escenas en la casa familiar, donde el conflicto entre la madre y los 2 hijos es continuo. Poco a poco, la acción que se desarrolla en el restaurante (el sueño de Lucas), se vuelve tensa e insoportable como su vida en la casa.
A lo largo de la obra se representa la relación histriónica e histérica de Teté, con sus dos hijos, y se va desentrañando la trama y traumas de todos. El actor Tomás del Estal hace un doble papel, como el camarero del restaurante, y como el "novio" de Teté en la vida "real". Sueño y realidad se van mezclando poco a poco hasta que hacia el final ya no hay diferencias entre ambos.
El final es lo más sorprendente. Toda la trama basada en la dualidad sueño y realidad, se deja a un lado. Ya sólo existe una verdad. El origen del desquiciamiento de la madre queda al descubierto.
La obra no me ha gustado. A pesar de las buenas críticas que le preceden, a mi personalmente me ha parecido floja, incluso bastante aburrida (a destacar la escena de los números de las tarjetas de crédito). Muy reiteradas además (se hacen pesadas) las escenas del camarero en el restaurante con la especialidad de la casa.
Lo mejor, Isabel Ordaz en el papel de madre desequilibrada, si bien, sobre todo al principio, me pareció algo sobreactuada. Del resto del reparto, no hay actuaciones destacables. La que menos me ha gustado, Itziar Miranda en el papel de Lucrecia. Muy poco creíble.
Lo mejor, Isabel Ordaz en el papel de madre desequilibrada, si bien, sobre todo al principio, me pareció algo sobreactuada. Del resto del reparto, no hay actuaciones destacables. La que menos me ha gustado, Itziar Miranda en el papel de Lucrecia. Muy poco creíble.
De todas formas, lo peor, las carcajadas del público en la mayoría de las escenas. La obra es dramática desde el principio, y aunque tiene algún toque de humor, o algún golpe que puede provocar sonrisas (por ejemplo, la escena de la foto de Harry Potter), de ninguna manera son comprensibles, las risas de gran parte del público, durante casi toda la obra.
En fin, después de una muy buena racha de buen teatro, la primera obra del año, ha decepcionado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario