martes, 15 de enero de 2013

El último tango en París



Título original: Last tango in Paris
Año: 1972
País: Francia
Director: Bernardo Bertolucci
Guión: Bernardo Bertolucci & Franco Arcalli
Música: Gato Barbieri
Fotografía: Vittorio Storaro
Reparto: Marlon Brando, Maria Schneider, Jean-Pierre Léaud, Massimo Girotti, Maria Michi, Catherine Allegret, Giovanna Galletti
Productora:Coproducción Italia-Francia. Produzioni Europee Associate/Les Productions Artistes Associes.
Productor: Alberto Grimaldi
Género: Drama | Erótico. Película de culto

Cines Doré, Madrid 15 Enero 2013



Mb

El último tango en París, me gustó mucho más de lo que esperaba. Recuerdo haberla visto hace muchísimos años pero no me acordaba de apenas nada. La hora mala para un día de diario: 21.40. Eso me hizo no disfrutarla tanto. En pie desde las 7 de la mañana y con todo el día encima, una peli intensa como ésta, requiere una buena dosis de concentración.



Me gustó el argumento, la historia que cuenta, y me gustó mucho Marlon Brandon, tanto su interpretación, como su personaje. Muy bien rodadas las escenas de sexo. En la mayoría de las películas, las escenas de sexo con los personajes vestidos, no me resultan verosímiles, porque en la vida real, follar con la ropa puesta tiene su “complejidad”, y no todos los directores saben rodar ese tipo de escenas. En esta película, están muy bien realizadas.






La protagonista, María Schneider, con una belleza joven muy natural, voluptuosa, muy francesa en su estilo, pero con una interpretación muy por debajo de su partenaire.



Muy buena la fotografía, la música y el montaje.



Escena memorable para mí: la escena del baño. Una escena larga, desde que la baña, luego mientras la seca, le va diciendo lo que ella espera de un hombre, y lo que un hombre va a esperar de ella. Hasta que consigue someterla en una entrega, donde hay cabida para lo más sórdido. Una de las escenas de sumisión más intensa que he visto nunca, o leído. 






Me sorprendió el final. La relación de dependencia se invierte. El dominador, se somete. El sumiso, domina, y…. mata.



Sinopsis y Comentario (Fuente Wikipedia):



Una mañana de invierno, Paul (Marlon Brando), un hombre de 45 años, que recién ha enviudado tras el suicidio de su mujer, y Jeanne, una muchacha de 20 años (Maria Schneider), actriz amateur, se encuentran casualmente mientras visitan un departamento de alquiler que ambos desean rentar, en París. La atracción entre ellos es muy fuerte, y mediando tan sólo unas cuantas palabras, hacen el amor apasionadamente en el piso vacío.






Cuando abandonan el edificio, establecen el pacto de volver a encontrarse allí, en soledad, sin preguntarse sus nombres. Paul consigue alquilar el departamento, donde comienzan a tener furtivos encuentros, relación que se caracterizará por una fuerte violencia verbal y sexual ejercida por él hacia Jeanne, en un afán de dominar también su mente. Ella, prometida para casarse con otro, -un joven director de cine (Jean Pierre Léaud) que la convoca a la filmación de una película por las calles de París-, parece no darse cuenta de la violencia de que es objeto.

















La película se caracterizó por su fuerte erotismo, pasando a la historia del cine una escena particular en la que el personaje masculino sodomiza a la mujer, valiéndose de un poco de mantequilla a modo de lubricante. Estas escenas, y en general el tratamiento de la temática erótica desde una óptica inusual (numerosas escenas de desnudos frontales de la mujer), causarían un gran impacto en la sociedad de la época.







Años después, la actriz declararía que la escena de sodomía se realizó fuera de lo establecido en el guion original, por sugerencia del propio Brando. Y que sus lágrimas en la escena (que por cierto no se ensayó más que una vez) fueron reales. Años después, decidió abandonar la filmación de Calígula (sería reemplazada por Teresa Ann Savoy) para ingresar voluntariamente, junto una mujer (de quien ella misma declaró era su pareja) a un hospital psiquiátrico. También abandonaría el mundo del cine (se dice que se volvió adicta a la heroína) al que regresaría años después, para actuar únicamente en películas (más de 30, y sobre todo europeas) de otro género, sin contenido sexual.



Sin embargo, a pesar de ser ampliamente recordada por estos detalles, suele destacarse la interpretación de un Brando ya maduro, y la calidad del trabajo fotográfico del filme (Vittorio Storaro), que contribuye en buena medida a otorgar un contrapunto de lirismo a una cruda trama argumental.



La música del filme, compuesta por el músico argentino Gato Barbieri lo lanzó a la popularidad, y quedó como un sello característico de la película.




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