De Donizetti
Director de escena: Mario Gas
Director de escena adjunto: José
Antonio Gutiérrez
Escenógrafo y figurinista: Marcelo Grande
Iluminador: Joaquín Gutiérrez
Dirección Musical: Daniele Callegari
Reparto:
Nicole Cabell: Adina
Javier Camarena: Nemorino
Àngel Òdena: Belcore
Simone Alberghini: Dulcamara
Eliana Bayón: Giannetta
El Liceu, Barcelona 16 Noviembre 2012
L'elisir d'amore) es una ópera cómica en dos actos con
música de Gaetano Donizetti y libreto en italiano de Felice Romani, basado en
el libreto Le philtre (1831) de Eugène Scribe para la ópera de Daniel-François
Auber.
Argumento:
Lugar: un pequeño pueblo en el País Vasco francés.
La edición inglesa de Schirmer de la partitura afirma que la
acción tiene lugar "en una pequeña localidad italiana"
Tiempo: finales del siglo XVIII
Acto I
Esta ópera cómica comienza con Nemorino, un joven campesino
melancólico e ingenuo, enamorado de Adina, una bella terrateniente, quien
atormenta a Nemorino con su indiferencia. Cuando Nemorino oye a Adina leyendo a
sus trabajadores la historia de Tristán e Isolda, está convencido de que una
poción mágica le conseguirá el amor de Adina. Tiene miedo de que ella ame al
sargento Belcore, que se da demasiada importancia, quien aparece con su
regimiento e inmediatamente propone matrimonio a Adina en frente de todo el
mundo.
Aparece un charlatán, el doctor Dulcamara, quien vende una botella que
lo cura todo. Desesperado, Nemorino le pide inocentemente si tiene algo
parecido a la poción amorosa de Isolda. Dulcamara dice que sí, y Nemorino le
compra el misterioso elixir que vende el doctor Dulcamara, con un precio que es
igual al dinero que tiene Nemorino en sus bolsillos.
Se trata, de hecho, de vino de Burdeos, cosa que ignora
Nemorino. Y, para lograr escaparse a tiempo, Dulcamara le dice a Nemorino que
la poción no tendrá efectos hasta el día siguiente. Nemorino lo bebe y siente
sus efectos inmediatamente. Animado por el "elixir", Nemorino se
encuentra con Adina y aunque ella bromea con él sin piedad, la audiencia siente
que la atracción podría ser mutua, si no fuera por la petición de matrimonio
del impresionante y pomposo sargento.
De hecho, su boda se ha fijado para
dentro de seis días. La confidencia de Nemorino en que al día siguiente él
ganará a Adina gracias al elixir, hace que él actúe con indiferencia hacia
ella. Este hecho irrita todavía más a Adina, pero ella intenta ocultar sus
sentimientos.
Por despecho, anuncia su casamiento inminente con Belcore, pues
él ya ha recibido órdenes de que debe embarcar al día siguiente. Tanto Adina
como el Sargento advierten la reacción de Nemorino ante esta noticia, el
Sargento con resentimiento y Adina con desesperación. Nemorino siente pánico,
por supuesto, y desesperado, pide ayuda a Dulcamara.
Acto II
Adina está triste al ver que Nemorino no ha aparecido. Todo el mundo entra para
firmar el contrato de matrimonio. Pero Dulcamara permanece afuera, sirviéndose bien
de bebida y comida. Nemorino aparece, habiendo visto el notario, se da cuenta
de que ha perdido a Adina. Al ver el doctor, frenéticamente le ruega una nueva
dosis del elixir milagroso que acabe de decidir a Adina, un elixir que actúe de
forma inmediata.Pero como no tiene dinero, el doctor lo rechaza,
desapareciendo dentro.
Sale el Sargento, solo, preguntándose en alto por qué
Adina de repente ha retrasado la boda y la firma del contrato. Nemorino ve a su
rival, pero es incapaz de hacer nada. El sargento pregunta sobre la tristeza de
Nemorino. Cuando Nemorino le dice que no tiene dinero, Belcore inmediatamente
sugiere que si se alista en el ejército como soldado, él le pagará
inmediatamente. Presenta un contrato, que Nemorino firma (con una X) a cambio de
veinte escudos que Belcore le entrega en ese mismo momento y lugar. Nemorino
privadamente jura ir corriendo donde Dulcamara para más poción, mientras
Belcore se imagina que se ha librado fácilmente de su rival enviándole a la
muerte.
Más tarde, esa misma tarde, las chicas del pueblo cotillean
que Nemorino ha heredado una gran fortuna de su fallecido tío, sin que él lo
sepa. Ven a Nemorino, quien claramente ha gastado el dinero militar y ha
comprado y consumido una gran cantidad de "elixir" (de nuevo vino) del
doctor Dulcamara. Las mujeres lo persiguen, lo cual el chico atribuye a la
eficacia milagrosa del elixir. Adina ve a Nemorino en un estado de ánimo alegre
y, al verlo rodeado de mujeres y atrapado en el júbilo que le proporcionó el
"elixir", se siente descorazonada al creer que él la ha olvidado. Se
encuentra con el doctor Dulcamara y le pregunta qué le ha pasado. Entonces,
Dulcamara, sin saber que Adina es el objeto de los afectos de Nemorino, le
explica que logró engañar a Nemorino con la historia del elixir y que ha
vendido su libertad para conseguir más dinero para éste, gastándose hasta el
último penique en el elixir.
En este momento, Adina reflexiona sobre lo cruel
que ha sido siempre con el chico y comprende, finalmente, cuánto la amaba, y se
enternece por la fidelidad y la pasión del muchacho. Dulcamara interpreta este
comportamiento como algún tipo de condición que requiere una cura con alguna de
sus pociones.
Se marchan. Nemorino aparece solo, pensativo, reflexionando
sobre una lágrima que él vio en los ojos de Adina cuando él la ignoró antes.
Basándose solo en esa lágrima, queda sinceramente convencido de que Adina lo
ama.
Ella entra, preguntándole por qué ha elegido servir en el ejército y
abandonar la ciudad. Cuando Nemorino dice que está buscando una vida mejor,
Adina le responde diciendo que él es amado, y que ella ha comprado su contrato
militar del sargento Belcore. Ella ofrece el contrato cancelado a Nemorino,
pidiéndole que lo tome. Él es ahora libre. Ella dice, no obstante, que si se queda,
nunca más estará triste. Conforme él coge el contrato Adina se vuelve para
salir. Nemorino cree que ella esta abadonándolo y corre desesperado, jurando
que si no es amado, si el elixir no ha funcionado y el doctor lo ha engañado,
entonces él bien podría marcharse y morir como soldado. Adina lo detiene y
confiesa que ella le ama. Nemorino está feliz. Adina le ruega que la perdone
por haber bromeado con él. Él lo hace con un beso.
El sargento regresa, y ve a los dos abrazados. Adina le dice
que ella ama a Nemorino y deshace su compromiso. El sargento se toma bien la
noticia, y responde que hay muchas otras mujeres en el mundo, y tiene a su
alcance todas las mujeres que quiera. Dulcamara empaqueta sus cosas y asoma por
una puerta, y declara que toda la situación es debido a su prodigiosa poción
mágica, y que será feliz de proporcionar elixir para la siguiente conquista del
sargento. Se ha reunido un grupo de gente, y todos están de acuerdo en que el
elixir ha funcionado, todos corren a comprar botellas del «elixir amoroso» y se
unen en un cariñoso adiós al doctor.
Mb
Hacía meses que teníamos las entradas y por un problema con el equipaje en el aeropuerto del Prat, llegamos por los pelos a ver una de mis óperas favoritas desde siempre.
Sin destacar especialmente ni por el montaje ni por las voces, en conjunto me ha gustado mucho, y me he divertido. Original sí, el cierre de la representación, en el que parte de los cantantes repartieron botellitas con el elixir de amor entre el público de la platea.
Silencio absoluto en el Liceu para escuchar La Furtiva Lágrima, el aria más famosa de L'elisir d'amore y una de las más populares de la historia de la Ópera. Bien interpretada por Camarena, pero sin llegar a emocionar.
Bonita voz de la soprano Nicole Cabell, si bien, con poca fuerza. En una de las piezas que canta con Camarena a ella no se le oye nada.
Mb
Hacía meses que teníamos las entradas y por un problema con el equipaje en el aeropuerto del Prat, llegamos por los pelos a ver una de mis óperas favoritas desde siempre.
Sin destacar especialmente ni por el montaje ni por las voces, en conjunto me ha gustado mucho, y me he divertido. Original sí, el cierre de la representación, en el que parte de los cantantes repartieron botellitas con el elixir de amor entre el público de la platea.
Silencio absoluto en el Liceu para escuchar La Furtiva Lágrima, el aria más famosa de L'elisir d'amore y una de las más populares de la historia de la Ópera. Bien interpretada por Camarena, pero sin llegar a emocionar.
Bonita voz de la soprano Nicole Cabell, si bien, con poca fuerza. En una de las piezas que canta con Camarena a ella no se le oye nada.