sábado, 10 de marzo de 2012

La Bohème



De Puccini

Director: Victor Pablo Pérez
Director de escena: Giancarlo de Mónaco

Solistas:

Saimir Pirgu: Rodolfo
Gabriel Bermúdez: Shaunard
Valeriano Lanchas: Benoît
Angela  Gheorghiu: Mimi
Ángel Òdena: Marcello
Colline de Carlo Colombara
Ainhona Arteta: Musetta

Gran Teatro del Liceo, 10 de Marzo de 2012 (Barcelona)




Argumento:


La acción de “La boheme” de Giacomo Puccini se desarrolla en París, en 1830.

Acto primero
Es nochebuena en una pobre buhardilla del Barrio Latino de París. Allí viven el poeta Rodolfo, el pintor Marcello, el filósofo Colline y el músico Schaunard.
Rodolfo y Marcello intentan en vano combatir el frío escribiendo y pintando. Llega Colline con unos libros que no ha conseguido empeñar. Le sigue Schaunard, cargado de leña y algo de comer que ha podido comprar gracias a unas lecciones de música que ha cobrado.
Los amigos brindan y deciden ir a celebrar la Nochebuena al Café Momus. Pero se presenta de improviso Benoît, el dueño de la buhardilla, para exigir el alquiler atrasado.
Le invitan a beber con ellos y, cuando consiguen conquistarlo, le invitan a contar sus aventuras amorosas. El hombre se anima, da rienda suelta a su lengua y, al revelar sus aventuras extramatrimoniales, los bohemios se fingen indignados y lo expulsan.
Sin pagarle un peso, Marcello, Colline y Schaunard bajan al café, y Rodolfo promete seguirles cuanto antes, pues debe terminar un artículo que está escribiendo para una revista.
Tocan a la puerta; es la vecina Mimì, una modista que viene a pedir prestada una vela para alumbrarse.
Rodolfo la invita a pasar, pero un acceso de tos la coloca en problemas. Mimí se desvanece y Rodolfo le da un sorbo de vino. Una vez repuesta quiere marcharse, pero se da cuenta de que ha perdido la llave de su casa. Una corriente de aire apaga la luz y juntos buscan la llave a tientas en la oscuridad.
Rodolfo la encuentra, pero no dice nada y finge seguir buscando, llegando a rozar la mano de la joven. Está fría; el joven la calienta entre las suyas y le habla de su vida.
Mimì le responde contándole la suya y descubren su mutuo amor. Desde la calle los amigos apuran a Rodolfo para que se les una. Este les confirma que irá, pero acompañado.
El acto concluye con un dúo de amor y la partida de ambos hacia el café.

Acto segundo
Terraza del Café Momus, frente a una plaza muy animada. Allí se han reunido los amigos bohemios. Se sientan a cenar y poco después aparece Musetta, antigua amante de Marcello, acompañada de Alcindoro, un viejo adinerado.
Musetta, ostentosamente vestida, pide que los acomoden cerca del grupo de amigos. Se pone a cantar un vals que Alcindoro encuentra indecoroso y de pronto da un grito asegurando que un zapato le hace mucho daño en el pie. Esto no es sino una excusa para enviar a Alcindoro a comprarle un nuevo par y así alejarlo por un buen rato.
Musetta aprovecha entonces para provocarle celos a Marcello, dándole a entender que aún le ama. La reconciliación entre ambos no tarda en producirse.
Un grupo de soldados atraviesa la plaza al son de una marcha.
Los mozos del café traen las cuentas del consumo de las dos mesas y Musetta les da instrucciones para que se las pasen a Alcindoro cuando vuelva, para que él las pague.
Los amigos bohemios abandonan el café.

Acto tercero
Una lugar llamado “La Barrière de l’Enfer”, en las afueras de París. Es pleno invierno. Amanece y está nevando. En una taberna Marcello pinta carteles y Musetta da lecciones de música.
Aparece Mimì, pálida y alterada, tosiendo, y pregunta a una mujer por el paradero de Marcello. Al borde de las lágrimas le confiesa que Rodolfo la atormenta con sus desorbitados celos, poniendo su relación al borde de la ruptura.
El poeta, que estaba dormitando en ese lugar, se despierta, sale de la taberna y, mientras Mimì se esconde, le cuenta a Marcello que Mimì es una coqueta y que además está muy enferma. Aunque reconoce que sigue amándola, debe romper su relación con ella porque no puede costear las medicinas que requiere.
Al conocer su verdadero estado de salud, Mimì no puede evitar los sollozos y la tos, lo cual delata su presencia. Rodolfo trata de tranquilizarla asegurándole que exageraba, pero Mimì quiere separarse ya de él. Este la convence para que sigan juntos hasta la llegada del buen tiempo.
Marcello oye las frívolas risas de Musetta y le reprocha que vuelva a coquetear. Ambos se despiden cruzándose agrios insultos.

Acto cuarto
Es primavera y la acción toma lugar en la misma buhardilla del acto primero. Rodolfo y Marcello, que intentan en vano concentrarse en sus trabajos, lamentan haberse separado de sus respectivas amantes.
Llegan los otros dos amigos y juntos intentan olvidar sus penas bailando disfrazados. En pleno jolgorio, se presenta Musetta muy agitada, anunciando que detrás de ella viene Mimì muy débil; casi no tiene fuerzas para subir la escalera.
Llega Mimí. Rodolfo la ayuda y la acuesta para que descanse. Musetta cuenta cómo ha encontrado en la calle a Mimì en tan deplorable estado, y pide a Marcello que vaya a empeñar sus aros para llamar a un médico, comprarle medicinas y un manguito que caliente sus frías manos.
Colline por su parte, antes de vender su abrigo, se despide de él con solemnidad y emoción.
Los amantes, ahora reconciliados, quedan solos y recuerdan sus momentos de felicidad.
Regresan los amigos y Mimì parece adormecerse.
Musetta reza para que Mimì se restablezca, pero pronto se dan cuenta todos, excepto Rodolfo, de que acaba de expirar.
Al advertir que los amigos le miran de modo extraño, Rodolfo llora y grita con desesperación el nombre de su amada, mientras se abraza a su cuerpo sin vida.

Mb: 

Esta es la primera Ópera de la temporada 2012 del Liceo que vemos este año. Teníamos las entradas hace muchos meses, y hubo momentos, con la amenaza del ERE que pensamos que podríamos perdérnosla. Afortunadamente, el acuerdo al que han llegado los empleados con la empresa, no sólo desconvocó la huelga prevista sino que ha conseguido retomar el resto de la temporada.

Volver a Barcelona siempre me hace ilusión, me alegra el espíritu y más si también, como esta vez, volvemos al Liceo.

Otra particularidad es que este año, he estado por primera vez en El Real, e inevitablemente surgen las comparaciones. Magníficos teatros los 2. Más obstentosos y lujosos los salones del Real, pero como teatro, la verdad es que me gusta más el Liceo. 

Como siempre, nuestras entradas son las más baratas, diez euros, con muy poca o casi nula visibilidad. Intentamos, como antes, 3 minutos antes del inicio, cambiarnos de sitio en la tercera planta. Fué inútil. Los acomodadores no dejan pasar ni una... qué tiempos aquellos en los que nos "colábamos" en la platea. Finalmente volvimos a las nuestras. Como a pesar de estar en un lateral de la quinta, nuestra fila era la primera, asomándonos veíamos gran parte del escenario. 

Era mi primera Bohème. El no estar muy cómoda me impidió disfrutarla más. Tampoco la llevaba muy preparada y no la había escuchado previamente. Aún así, bellísimas sus arias y brillantes las voces, aunque no consiguieron emocionar.




Muy bonita la ambientación, totalmente costumbrista. Y el vestuario. Espectacular Ainhoa Arteta en el primer acto con un vestido de terciopelo rojo.













Ab:

Primera visita al Liceo este año y, continuando en la tónica del año pasado, los acomodadores (estudiantes poco profesionales, a diferencia de los acomodadores del Real) perseguían al público pidiendoles las entradas. En cualquier caso y a pesar de estar en el gallinero tuvimos una visión bastante buena de la obra. En esta ocasión el Gran Teatre del Liceu fue eso, un gran teatro, y nos deleitaron con una escenificación de época, que ya se agradece después de la etapa de minimalismo escenográfico de la pasada temporada. Poco se puede decir de una ópera tan popular como ésta. El foso estuvo fenomenal y los artistas correctos algunos, y buenos otros.

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