sábado, 21 de enero de 2012

Iolanta/Persephone



Iolanta de Piotr Ilich Chaikovski
Persephone de Igor Stravinski

Director de Escena: 
Peter Sellars
Director Musical
: Teodor Currentzis
Escenografía
: George Tsypin
Iluminación
: James F. Ingalls

Reparto:

Iolanta: Ekaterina Scherbachenko
El rey René: Dmitry Ulianov
Robert: Alexej Markov
Vaudémont: Pavel Cernoch
Ibn-Hakia: Willard White
Alméric: Vasily Efimov
Bertrand: Pavel Kudinov
Perséphone: Dominique Blanc
Eumolpe: Paul Groves


Teatro El Real, Madrid 21 Enero 2012

Iolanta

Sinopsis

Tiempo: Siglo XV Lugar: Montañas del sur de Francia

Escena 1 . Iolanta (Yolanda) es ciega de nacimiento, pero nunca nadie le ha hablado de su condición. En un bello jardín del palacio real, sus amigas le llevan flores y cantan para ella.

Escena 2 . Después de que Almeric anuncie la llegada del rey, Bertrand le da instrucciones: no debe hablar en Iolanta de la luz ni decirle que su padre es el rey. Iolanta está prometida a Roberto, quien también ingnora que Iolanta es ciega. El rey llega con un médico que asevera que Iolanta puede ser curada, pero sólo si se entera de su condición y desea ver. El rey rechaza el tratamiento, temiendo por la felicidad de Iolanta.

Escena 3 . En una partida de caza, Roberto y Vaudémont se pierden y van hacia el jardín del palacio, donde encuentran a Iolanta. Roberto, convencido de que Iolanta es una bruja, se va a la búsqueda de su séquito. Vaudémont permanece y se da cuenta de la ceguera de Iolanta. Los dos jóvenes se enamoran, después de que Vaudémont le haya explicado la luz y el color a Iolanta.



Escena 4 . Los jóvenes son descubiertos. Vaudémont jura su amor, afirmando que no le importa que Iolanta sea ciega. El rey está furioso con el hombre que le ha revelado el secreto a su hija, pero el médico interviene diciendo que ahora que Iolanta sabe qué es la luz y el color y desea ver, puede ser curada. Sin embargo, el rey amenaza de muerte a Vaudémont si el tratamiento del médico falla. Roberto vuelve, y manifiesta que se ha enamorado de otra. El rey cancela el compromiso con Roberto y da la mano de Iolanta a Vaudémont. El remedio funciona y Iolanta puede ver!

Arias destacadas

"¿Por qué no conocí esto antes?" (Iolanta)
"Hay quien pueda compararse con mi Matilda?" (Robert)



Persephone

Perséphone, estrenada en Paris en 1934 por encargo de la bailarina Ida Rubinstein, para poner en música un texto dramático del entonces prosoviético André Gide, no es ni una ópera, ni un oratorio ni siquiera un ballet. Sólo podrá definirse como "un ritual, una ceremonia" sobre el personaje mitológico de la mujer destinada a vivir entre la luz y las tinieblas, entre la tierra y el infierno.



jueves, 12 de enero de 2012

En la vida todo es verdad y todo mentira




de Calderón de la Barca
















Reparto:


Cintia: Carmen del Valle

Focas: Ramón Barea

Libia: Karina Garantivá
Astolfo: José Luis Esteban
Heraclio: Iñaki Rikarte
Leónido: Jorge Machín
Luquete: Paco Ochoa
Sabañón: Jorge Basanta
Lisipo: Jesús Barranco
Federico: Carles Moreu
Dama 1: Miranda Gas
Dama 2: Sandra Arpa
Dama 3: Diana Bernedo
Dama 4: Paula Rodríguez
Dama 5: Georgina de Yebra
Soldado 1: Borja Luna
Soldado 2: Paco Déniz

Músicos:
Percusión: Sergey Saprichev
Piano: Javier Coble


Vestuario, utilería y caracterización: Curt Allen Wilmer
Escenografía: José Luis Raymond
Versión y Dirección: Ernesto Caballero


Teatro Pavón, Madrid 12 Enero 2012


En la vida todo es verdad y todo mentira es un drama complejo en el que se concitan muchas de las características de la vasta y heterogénea obra de don Pedro Calderón de la Barca. Por una parte, se trata de un drama filosófico, emparentado con La vida es sueño, donde la problemática barroca entre apariencia y realidad se encarna en la figura del tirano Focas, incapaz a lo largo de toda la obra de alcanzar una certidumbre que oriente sus acciones. Esa suspensión de juicio (epoké) irá abismando al protagonista en un creciente estado de desasosiego que le llevará a recurrir a las artes del mago Lisipo para que disponga una representación dentro de la representación y así poder vislumbrar alguna evidencia capaz de aquietar su ánimo.

Nos encontramos, además, ante un texto eminentemente político que aborda abiertamente la cuestión de la legitimidad del poder y de la razón de Estado. La tesis que se desprende del drama, contraria a la teoría maquiavélica que recomienda al gobernante que se valga de cualquier medio, lícito o ilícito, para  lograr sus objetivos políticos, se decanta hacia las doctrinas probabilistas, defensoras de favorecer al acusado en caso de ausencia de culpabilidad; el principio jurídico in dubio pro reo. Heraclio, el príncipe legítimo lo enunciará con claridad: “una vida vale más que un reino”.

En el escenario fantasmagórico de una isla poblada por músicos y cazadores se desarrolla esta trama alegórica construida sobre una obsesiva estructura bimembre en la que el autor levanta un vibrante retablo cargado de simbología que rehúye toda pretensión de verosimilitud realista. Se trata de un refinado dispositivo escénico donde las imágenes, las palabras y la música se amalgaman en los cuerpos transfigurados de los actores. Los románticos alemanes lo llamaron teatro total.

Un texto que hemos pretendido abordar desde el asombro y la humildad, evitando la mirada prepotente de quien considera nuestro momento histórico superior en todos sus aspectos a cualquier otro tiempo pasado; un momento, el presente que, dicho sea de paso, y a la vista de lo visto, tiene poco de lo que enorgullecerse. Sea como fuere, nuestro Barroco, brillante y paradójico, nos habla de ideas y costumbres insólitas y periclitadas aunque no por ello, menos dignas de ser apreciadas, al tiempo que nos ofrece una inestimable ventana desde donde contemplar y comprender nuestra enmarañada realidad. Y es que la angustia de Focas acaso también sea la nuestra, arrojados igualmente a un incierto escenario e incapaces de discernir cuánto hay de verdad o de mentira en el torrente de información que recibimos a diario.

Ernesto Caballero / Director del montaje