martes, 14 de febrero de 2012

La clemenza de Tito


de Wolfgang Amadé Mozart (1756-1791)


Dirección musical: ThomasHengelbrock, Peter Tilling.
Dirección de escena: Ursell Herrmann, Karl- Ernst Herrmann.

Intérpretes:

Yann Beuron: Tito
Amanda Majeski: Vitellia
María Savastano: Servilia
Kate Aldrich: Sesto
Serena Malfi: Annio
Guido Loconsolo: Publio


Teatro El Real, Madrid 12 Febrero 2012



Argumento: 

La trama se desarrolla en Roma, en la época del Imperio romano.

Acto I

En el primer acto, Vitelia, hija del destronado emperador Vitelio, clama venganza contra el nuevo emperador, Tito, de quien además está enamorada. Utiliza a Sexto, vacilante amigo de Tito, que está enamorado de ella, para actuar contra el emperador. Pero cuando Vitelia conoce que Tito ha enviado a Berenice, de quien ella estaba celosa, de vuelta a Jerusalén, le dice a Sexto que espere para llevar a cabo sus deseos, esperando que Tito la escoja a ella (Vitelia) como emperatriz.

Tito, sin embargo, escoge a la hermana de Sexto, Servilia, y ordena a Annio que le lleve su mensaje a Servilia. Annio y Servilia, sin saberlo Tito, están enamorados. Servilia le cuenta la verdad a Tito, pero reconociendo que, si Tito insiste en casarse con ella, obedecerá. Tito agradece a los dioses la lealtad de Servilia e inmediatamente rechaza la idea de interponerse entre ella y Annio.
Al tiempo, sin embargo, Vitelia ha oído el interés de Tito por Servilia, y de nuevo arde de celos. Urge a Sexto para que asesine a Tito. Él está de acuerdo, y canta una de las más famosas arias de esta ópera, "Parto, parto." 


Casi al mismo tiempo, Annio y el guarda Publio llegan para llevar a Vitelia ante Tito, quien ahora la ha escogido a ella como emperatriz. Ella se retuerce entre la culpa y la preocupación.

Sexto llega al Capitolio con los demás conjurados y le prende fuego. Todos se horrorizan ante el incendio. Sexto anuncia que vio a Tito herido, pero Vitelia lo detiene antes de que se incrimine del asesinato. Todos se lamentan, en el lento y triste final del Acto I.




Acto II

Annio le cuenta a Sexto que el emperador Tito está vivo. Entre el humo y el caos, Sexto lo había confundido con otro Tito. Pronto llega Publio para arrestar a Sexto, explicando que era uno de los conspiradores quien vistió como Tito y fue herido, aunque no mortalmente, por Sexto. El Senado juzga a Sexto, al tiempo que Tito espera impaciente, seguro de que su amigo será exonerado; pero el Senado lo encuentra culpable y un angustiado Tito debe firmar la sentencia de muerte de Sexto.

Tito decide llamar primero a Sexto, intentando obtener más detalles de la conjura. Sexto asume toda la culpa y dice que merece morir, así que Tito le dice que así será y lo despide. Pero después de una larga lucha interna, Tito rompe la orden de ejecución de Sexto y decide que si a él, Tito, desean sus detractores acusarle de algo, prefiere que sea de ser demasiado clemente antes que de tener un corazón vengativo.

Vitelia se retuerce, presa de la culpa, y decide confesarlo todo a Tito, expresando sus esperanzas de ser emperatriz en el aria muy conocida de "Non più di fiori." En el anfiteatro, los condenados, incluido Sexto, esperan ser arrojados a las bestias salvajes. Tito va a mostrar su clemencia cuando Vitelia confiesa que es la instigadora de la trama de Sexto. Aunque el emperador queda consternado, la incluye a ella en el perdón general que ofrece. La opera concluye con todos los personajes alabando la extrema generosidad de Tito, mientras que él mismo pide a los dioses que acorten su vida cuando deje de preocuparse por el bienestar de Roma.



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