viernes, 13 de abril de 2012

The Life and Death of Marina Abramovic

Una creación de Robert Wilson, Marina Abramovic y Antony

Creador, director de escena, escenógrafo e iluminador: Robert Wilson

Cocreadora: Marina Abramovic
Director Musical y Compositor: Antony
Actor: Willem Dafoe
Compositor: William Basinski
Compositora y Letrista: Svetlana Spajic
Figurinista: Jacques Reynaud
Iluminador: A. J. Weissbard







Teatro El Real, Madrid 13 Abril 2012



Sinopsis:

Marina Abramovic (Belgrado, 1946) es conocida por llevar su cuerpo al límite, aunque para ella la piel es un mero caparazón. Poco más. Asegura que lo que importa es la mente. Se ha rajado el vientre con cuchillas, ha comido cebollas sin despeinarse y se ha sentado inmóvil frente al público durante 700 horas en una desnuda sala del MoMA en su proyecto, «The Artist is Present».

La  historia que se narra en Vida y Muerte de Marina Abramovic, es precisamente un repaso a los momentos más relevantes y que más le han marcado a lo largo de su vida, cargada de dolor y sufrimiento por el maltrato y la falta de afecto.

Mb: 

Gran expectación en las últimas semanas con esta obra, denominada en algunos medios, como el estreno del año. Ha acaparado la mayoría de las portadas de los suplementos culturales, e incluso de los dominicales de los periódicos de mayor tirada. 

Confieso que hasta pocos días antes de la representación, no tenía idea de quién era Marina Abramovic y la obra me ha despertado una gran curiosidad por el personaje.

El espectáculo me ha gustado mucho, si bien, pienso que toda la expectación que ha generado, viene avalada por una gran campaña de Marketing. No es una ópera en sí, y como  espectáculo, la verdad es que en el último año, los hemos visto no sólo más transgresores, sino también con montajes más espectaculares.

El peso de la obra lo lleva Willen Dafoe con una gran interpretación. Está soberbio.



La puesta en escena está cuidadísima. Sorprende mucho, antes del inicio de la representación, el hecho de que no haya telón. En el escenario, aparte de los tres ataúdes, que representan el deseo de Marina, de que a su muerte, se celebre el funeral en tres sitios a la vez, con la finalidad de que no se sepa realmente donde está enterrada, hay tres doberman sueltos por el escenario, olisqueando lo que parecen brazos y piernas mutiladas. 






Por último destacar la preciosa voz de Antony, al que tampoco conocía. Interpreta creo recordar que tres temas a lo largo de la obra. Tres temas que saben a poco. 






Marina, que si bien, ni recita, ni canta, ni interpreta medianamente bien, sí es pieza fundamental en esta obra, tal y como está concebida. Su presencia es casi fantasmagórica y le da mucho mayor realismo al relato sobre su vida. 

Hemos leído que abonados de El Real se han quejado de que este espectáculo no es Ópera. Y es cierto. Pero también es verdad, que este tipo de montaje, requiere un espacio de las dimensiones y de la magnitud de este Teatro. 




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